A través del lente de Anna Karen Garza no solo vemos otro lado de los colores de Mérida, como el rosa, el verde, y el amarillo, sino también el otro lado de su historia y las culturas que convergen.
La ciudad blanca: Mérida, Yucatán
“La ciudad blanca: Mérida, Yucatán”
Mérida, o La ciudad blanca, se encuentra en la parte noroeste del estado de Yucatán. Las edificaciones halladas en lo que fue la ciudad maya, evocaron en los españoles el recuerdo de las ruinas romanas de Emérita Augusta- actual Mérida español-, lugar de donde adquiere su nombre actual. Una atmósfera colonial y melancólica rodea su arquitectura porque ahí convergen restos de distintas culturas: maya, romana, española y mexicana. Además, porque para su construcción se utilizaron restos de la abandonada metrópoli maya y la piedra caliza encontrada en la región.
La ciudad blanca es un capricho de la historia, una reencarnación de arquitectura y además, un abrazo natural: es privilegiada por su clima caribeño y sus mares. Todo eso la convierte en el centro turístico más importante de la península.
La tranquilidad del pueblo, la belleza de sus calles; es rico patrimonio gastronómico; y la elegancia del contraste entre sus casas coloniales, entre las ruinas mayas y la arquitectura, la convierten en un blanco paraíso.
Hacienda San Pedro Ochil
Esta es una hacienda restaurada. Su nombre significa “lugar del zorro”. Ha sido reconstruida y modificada hasta adquirir la fisionomía característica de fines del Siglo XIX.
En ella se puede apreciar el henequén, los tendederos, la maquinaría, la chimenea y las capillas originales de la hacienda. Además de que también se aprecia un paseo en truco por las antiguas vías.
Se destacan mucho sus hermosos arcos de estilo morisco e influencia neoclásica. Cuenta con un restaurante donde el paladar queda fascinado de las delicias yucatecas; la sopa de lima, panuchos, cochinita, relleno negro y pollo pibil y tortillas recién hechas. El plato además se extiende al exterior: lo rodea un entorno lleno de naturaleza.
Las Coloradas
Las Coloradas es una de las más grandes salineras de México, y se ubica en el litoral norte de la península de Yucatán. El agua se tiñe de un color rosa muy llamativo por la alta concentración de microorganismos y la sal que éste tiene. El color rosado de las flamencos es por su alimentación.
En camino a Las Coloradas existen destinos impecablemente hermosos, llenos de naturaleza.
Cenote Kikil
Según el diccionario, un cenote es “un depósito de agua manantial, que se halla en el estado mexicano de Yucatán y otras partes de América, generalmente a alguna profundidad. Pero los cenotes de Yucatán parecen ser depósito no solo de agua, sino de riqueza cultural, de arquitectura natural. Como si fuese parte de su propia arquitectura, los cenotes en el estado yucateco abundan tanto como edificios en una ciudad. El Kikil cuenta con una profundidad de cincuenta metros, un diámetro de poco más de treinta metros y una distancia de la superficie de seis metros.
El cenote Kikil, a diferencia de otros cenotes turísticos, conserva sus características naturales, o sea su flora y fauna se mantiene sin modificaciones.
Coqui Coqui
Coqui Coqui es un hotel boutique y spa, restaurado en el centro de Mérida. Cuenta con una impresionante tienda de perfumes reconocidos, de la misma marca Coqui Coqui. Cuenta con un interior extravagante, por sus suelos de mármol, techos altos, cortinas de terciopelo, detalles dorados y un olor delicioso.
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