La pandemia nos ha dado una oportunidad para reflexionar sobre lo que extrañamos como sociedad; ¿será momento de aprovechar la pausa, el silencio, para hablar desde la honestidad que el ajetreo constante del diario no nos permitía? Michelle Mijares reflexiona sobre ello.
La posibilidad
Que extraño, ¿no?, pensábamos que la tecnología y la virtualidad habían tomado el control de nuestras vidas, hasta que realmente no tenemos opción. Y, en medio de esta pandemia, comenzamos a valorar cosas que pensamos nunca íbamos a extrañar. La posibilidad. La posibilidad de ir por un café los lunes y de ver a los amigos y a las amigas en el café de los martes; la posibilidad de salir a correr o de ir al cine si se antoja. Pero siempre he pensado que incluso en las peores situaciones lo que debemos hacer es darle la vuelta.
Dale la vuelta. Detente a pensar. ¿En qué puedo invertir este tiempo? Y no, no me refiero a que te impongas a ti mismo un reto de productividad y expectativas que solo alargan tu proceso y te crean una carga difícil de llevar. Deja de lado las expectativas y concéntrate en lo que esta oportunidad realmente significa.
Puedes conocerte. Puedes empezar a dejar ir. ¿Cuándo habías tenido la oportunidad de estar todo el día en casa y saber que la mayoría de los demás también lo están? Habla. Sácalo. A veces las cosas en persona duele más decirlas, ¿por qué no decirlas ahora? ¿Por qué no aprovechar esta línea del tiempo que parece infinita para limpiar la mente y sacar todo lo que no puedes?
Díselo. Dile que le quieres, que todavía extrañas. Pide perdón, a todo el que sientas que lo merece. Renueva amistades, habla con aquellos que la rutina no te dejaba ver hace tiempo. Manda ese mensaje ¿qué puedes perder? Pregunta a tus seres queridos cómo están. Ofrece tu compañía, aunque sea virtualmente: nunca conoces del todo la situación de la gente.
Sácalo. Termina este proceso como alguien nuevo, como alguien que ya no tiene asuntos pendientes. Ni contigo mismo ni con nadie más. Es tiempo de decir las cosas. Es tiempo de sacar los sentimientos que llevamos atorados un tiempo y que escondemos en la rutina, en los pendientes, los ajetreos de la vida.
Esta es ahora tu posibilidad. Aprovéchala. Tómala de la mano, y ábrete posibilidades nuevas. Y cuando todo esto se acabe, y pongas los pies afuera de tu puerta, sabrás que dejas en la cuarentena toda la carga que llevabas hace tiempo, y que ahora la has hablado, y ya no queda nada colgado solo en tus pensamientos.
Háblale, escríbele, díselo. Porque no sabes qué pueda pasar si tomas esa posibilidad. Y quizá, en un tiempo puedas mirar hacia atrás y pensar que todo esto en sí, no estuvo tan mal.
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