Masculinidades frágiles y países rotos

Volumen Doce

Los sistemas actuales -como hijos del patriarcado- obedecen a un orden político que sistematiza e institucionaliza el dominio de lo masculino. Y si bien es cierto que son las masculinidades las que son frágiles, son los países los que están cada vez más rotos.

POR Norah Gallego
2 noviembre 2020

Masculinidades frágiles y países rotos

La masculinidad es la posición prestigiosa en la sociedad.1 Esto es así porque el patriarcado es un orden político que sistematiza e institucionaliza el dominio de lo masculino (entendiendo como sujeto tradicional de lo masculino al hombre cis y heterosexual) sobre las mujeres, y posteriormente sobre la sociedad en general.

De esta manera, la masculinidad se traduce a una posición de poder social2, el cual es, preponderantemente, para el hombre blanco. Y es que en estos tiempos tan caóticos, no podemos dejar de pensar en cuánto daño hace esta masculinidad y los sujetos que la personifican, especialmente cuando está presente en personas con puestos de influencia y poder, como jefes de gobierno.

En países como México, Estados Unidos y Brasil el gobierno no sólo ha respondido pobremente a los diversos problemas a los cuales se han enfrentado este año, sino que ha sido el responsable de varios de ellos. Amenazas a derechos de minorías y grupos en situación de vulnerabilidad, una crisis económica, aumento en casos de violencia contra las mujeres, represión estatal contra civiles, una constante minimización de la severidad del COVID-19, así como poca coordinación entre autoridades locales y federales para el manejo de la pandemia, son algunos ejemplos de los problemas que han explotado los últimos meses.

Si bien hay distintos análisis que pueden hacerse respecto a las estrategias y agendas de estos países, sin duda un factor común y muy importante entre sus dirigentes es la actitud patriarcal y la masculinidad hegemónica en su persona y gobernanza.

La masculinidad hegemónica puede entenderse como una expresión de lo viril que garantiza una posición dominante sobre las mujeres y otras identidades de género, y que legitima al patriarcado. En palabras de Rita Segato, la humanidad del hombre está comprometida por su virilidad; para ser respetado, éste debe tener el atributo de alguna potencia masculina, entre las cuales está la potencia bélica, económica, intelectual, moral, política, sexual y de fuerza física.3 Bajo esta premisa, si el hombre pierde su masculinidad, pierde su humanidad, por lo que pasa su vida intentando demostrarla.

Es posible traducir estas potencias a las ideas y características arquetípicas que se le atribuye tradicionalmente a lo masculino: el no depender de nadie, proveer, liderar, sobresalir, tener poder. Medir su valor en conquistas o adquisiciones: de territorios, de mujeres, de metas, de espacios, de dinero. Estas masculinidades se definen por características tan específicas que es más lo que se prohíbe ser que lo que se permite. Es tanto lo que depende de estas masculinidades, y es tan imposible ser y tener todo lo que éstas requieren, que resultan sumamente frágiles.

Ahora bien, este sistema de ideas se refleja claramente en quienes gobiernan. Presidentes como López Obrador, Trump y Bolsonaro encabezan gobiernos demagogos, populistas y regresivos. Estos dirigentes destacan también por tener un gran ego, que ha promovido la construcción de un personaje mesiánico, cuyas estrategias se legitiman no por su posible eficacia sino por la persona que la promueve. En esta visión de gobierno, las soluciones se encuentran inherentemente en el individuo que lo preside, y por lo mismo, las sugerencias, críticas o contrapropuestas son poco recibidas, pues se consideran un ataque personal a dicho individuo.

El líder mesiánico es un claro ejemplo de esta masculinidad4 que el hombre «debe encarnar». El dirigente todopoderoso, que pretende tener el dominio de las respuestas correctas, es un hombre intentando validar su potencia intelectual y moral. Este dirigente es el mismo que no puede pedir ayuda o admitir errores por su incapacidad para ser vulnerable, pues eso significaría mostrar sus debilidades y contradecir a su virilidad y sus potencias.

Donde esté, el hombre que es víctima del mandato de la masculinidad, en su constante deseo por reafirmar su virilidad, será también victimario contra lxs demás, pues, retomando las ideas de Segato, cuando el hombre siente que una de las potencias se ve amenazada, compensa con otra forma de violencia.5 En el contexto de un hombre que gobierna, esto tiene implicaciones especialmente riesgosas, pues la necesidad por mostrarse como valioso ante una sociedad que le ha enseñado que su mérito radica en dominar será por medio de acciones tendientes al autoritarismo.

¿Podría ser ejemplo de esto la cada vez mayor militarización del país? ¿El pisotear procesos legales e instituciones si estos contradicen los intereses propios? ¿La cada vez mayor centralización del poder en una sola persona? Inclusive, atacar y buscar deslegitimar a los medios de comunicación cuando amenazan la autoridad (potencia) moral del presidente, es una reacción al percibir su masculinidad en riesgo, buscando preservar el respeto que la misma otorga.

Por otro lado, como bien lo señala Jimena Ávalos, «es también sintomático de la masculinidad que si no te afecta a ti, no te interesa la opresión de los demás.» Así entonces, las luchas de grupos que no compartan características con la identidad del dirigente -y que por lo tanto no son sus intereses los que se ven afectados- no serán prioritarias. Ejemplo de esto lo vemos en la invalidación constante que AMLO hace de la lucha feminista y sus reclamos, los megaproyectos como el Tren Maya, que dañan gravemente a los pueblos indígenas, la defensa de los grupos de supremacía blanca y deslegitimación de las protestas del movimiento Black Lives Matter por parte de Trump, el rechazo de Bolsonaro hacia la comunidad LGBTQ+, y un largo etcétera.

Las masculinidades hegemónicas continuarán oprimiendo mientras no las cuestionemos, deconstruyamos y reconstruyamos. La presión de cumplir con arquetipos de lo masculino y mostrar poderío tiene un efecto nocivo en los hombres, constreñidos a actuar conforme a ellos, y probar su valor individual. El resto de la sociedad se ve también gravemente perjudicada, pues este tipo de masculinidades, especialmente en gobiernos, mantienen una estructura vertical, donde forzosamente hay grupos oprimidos. Siendo que los hombres necesitan confirmarse entre sí como masculinos, manifiestan actos de poder que son frecuentemente abusivos, para obtener una afirmación de su hombría, de sí mismos. Los grupos históricamente vulnerados lo siguen siendo, y más ante este sistema de potestad y privilegios.

Precisamente porque la masculinidad depende de exhibir potencias, y los hombres dependen de ella para reafirmar su humanidad, la masculinidad es sumamente frágil. En un mundo tan inestable y cambiante como el actual, cada vez hay menos medios para tener poder, exhibir potencias. El pilar que define y sostiene a estas masculinidades es débil. Ante una constante amenaza a un ámbito de su poder, el hombre actuará desmesuradamente desde otro.

¿Las consecuencias? Actualmente las vivimos. Lo irónico es que, si bien son las masculinidades las que son frágiles, son los países los que están cada vez más rotos.

***

 

 

Referencias

1. “Rita Segato: Comprender la masculinidad es un acto político.” (7 de marzo 2020).  La Nueva. Obtenido de: https://www.lanueva.com/nota/2020-3-7-18-48-0-rita-segato-comprender-la-masculinidad-es-un-acto-politico

2. Edelstein, J. (1 de septiembre de 2019). “Rita Segato: Por qué la masculinidad se transforma en violencia”. Diario Digital Femenino. Obtenido de: https://diariofemenino.com.ar/rita-segato-por-que-la-masculinidad-se-transforma-en-violencia/ 

3. Lizarazo, N. (19 septiembre 2018). “La masculinidad es un título, la feminidad no”: Rita Segato. Pressenza. Obtenido de: https://www.pressenza.com/es/2018/09/la-masculinidad-es-un-titulo-la-feminidad-no-rita-segato/ 

4. “Mad Men y Masculinidades”. (11 diciembre 2019). Podcast de Estética Unisex. Obtenido de: https://open.spotify.com/episode/0LvgAM8GUepw6PVzUc8TbT?si=ND-txyIFQJ6iKTSa6p4JKw

5. Delgado, L. (26 octubre 2019). Rita Segato: “Hay que demostrar a los hombres que expresar la potencia a través de la violencia es una señal de debilidad.”  Feminismos, El Salto Diario. Obtenido de: https://www.elsaltodiario.com/feminismos/rita-segato-hay-que-demostrar-hombres-expresar-potencia-violencia-senal-debilidad  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos similares

Leer

Volumen Cero
"¿Recuerdan el momento en que les picó el bicho de la lectura?" Con esta pregunta inicia Isabel su reflexión en torno a la lectura. Es una experiencia única, transformadora; que varias personas quieren reducir a…

Queerentena I Últimamente he pensado mucho sobre mi identidad

Volumen Diecisiete
Un poema de Heva Martínez. Este texto forma parte de los talleres impartidos por Rebeca Leal Singer de marzo 2021 a julio 2021.

Flotar ligero

Volumen Nueve
En tiempos de confinamiento, congelar el tiempo es una aprehensión natural; para Raquel Guerrero, se puede lograr a través de una fotografía.

N37FLl1X

Volumen once
El arte de escribir loglines tiene su esencia en no decir mucho, como la reina. Lo que dice es el contenido. Entonces, ¿por qué no nos ofrecen más contenido donde se vean representados, tanto hombres…

Efectos secundarios de leer(nos)

Volumen Quince
¿Cuál es el efecto de leer?, ¿existe diferencia alguna entre leer a escritoras o escritores? Marifer Martínez reflexiona, a partir de Woolf, el rol que debemos jugar como lectores frente a este dilema: hay una…

Seeds’ Lullaby: Sueños y el despertar después de la pandemia

Volumen nueve
Nuestra premura por cambiarlo todo o, mejor dicho, por esperar a que todo cambiara por sí mismo, se ha apaciguado. Incluso las inequidades brutales que la pandemia evidenció –hubo quien no pudo quedarse en casa,…

Palabras de concreto

Volumen Siete
Un poema de Emilia Pesqueira.

Otro hogar

Volumen Once
Un poema por Jorge Olivera.

Inicia la primavera

Volumen Catorce
Gerardo Cabaña reseña la puesta en escena de Primavera 2021 por el Ballet de Monterrey.