Paradas continuas: el cine de Ted Fendt

El estilo arriesgado de Ted Fendt -director de películas como Short Stay (2016) y Broken Specs (2012)- nos sirve como medio de transporte para viajar al pasado. En esta reseña, José Acevedo hace un repaso de los personajes de Fendt y su filmografía...huella bibliográfica de todo director.

POR José Pablo Acevedo
29 octubre 2018

Paradas continuas: el cine de Ted Fendt

Ver los filmes de Ted Fendt es viajar al pasado, casi al descubrimiento del cine. Su ópera prima, Short Stay (2016), y los cortometrajes, Going Out (2015), Travel Plans (2013) y Broken Specs (2012), nos presentan personajes protagonizados por los mismos amigos del director en su día a día a través de las calles de Nueva Jersey y Philadelphia. Fendt pertenece a una ola de cineastas independientes neoyorquinos como los hermanos Safdie, Ricky D’Ambrose y Dustin Guy Defa; trabaja como proyeccionista en el Film Society del Lincoln Center, al igual que traduciendo textos de Danielle Huillete y Jean-Marie Straub. Abraza un estilo centrado y sin ornamentos para presentar sus historias.

Para hablar de Short Stay (2016) primero hay que visualizar los trabajos previos de Ted Fendt donde se presentan a personajes recurrentes a lo largo de su filmografía. Guillermo del Toro dice que hablar de la filmografía de un director es hablar de su propia vida. En este caso, el ver los trabajos de Fendt es poder ver su evolución como cineasta, como escritor, y también ver cómo sus amigos crecen frente a la cámara: no sólo a través de los años, pero también como artistas. Fendt se convierte así en un documentalista que observa a través de la cámara la vida de sus amigos. Elige y desglosa sus historias para que partiendo de su conocimiento y de sus vivencias, puedan ellos reencarnarse en el papel de personajes, creando de esta forma docuficciones que rompen y renuevan sus vidas.

Broken Specs (2012), el primero de sus trabajos, nos presenta a Mike, Mark y Rob; personas que a lo largo de los filmes intercalarán el denominado personaje principal. Aquí conocemos a Mike Macchrone, un tipo alto y robusto que al romper sus lentes los pega con cinta que compra en una tienda de conveniencia, sólo para sufrir el mismo accidente un par de veces más. La historia fluye con naturalidad. (Alguien a quien le ha pasado esto o que conozca a un amigo o familiar cercano que haya sufrido la ruptura de sus anteojos podrá encontrar lo cómico de la situación.)

En Travel Plans (2013) seguimos a Rob a lo largo de dos días donde deambula por la ciudad.  Tras una serie de eventos y conversaciones fortuitas se encuentra tirado en medio de la banqueta un boleto de autobús. Prepara su maleta y se va. Por último, Going Out (2015) nos presenta a Elizabeth Soltan: una joven aproximadamente de la misma edad que los demás personajes que hemos conocido, que tras un breve encuentro con Rob, termina conociendo a Mike. Tras una salida al cine donde ellos y otros dos amigos van a ver Robocop, Rob se va a un partido de hockey dejando a Liz en una situación incómoda con cuatro hombres que apenas conoce, a los que se le suma el ya conocido Mark. Mike termina tan ebrio que Liz toma su carro y ambos duermen en la casa de una tía de ella. A la mañana siguiente ambos toman caminos distintos.

Short Stay sigue con esta política de narraciones simples que parecieran pertenecer a eventos dentro del cine de Richard Linklater. Es por esto que el salto de cortometraje a largometraje en la obra de Fendt no se siente forzado y es más un estado natural necesario. El cambio en la duración nos permite conocer a estos personajes más a fondo, cosa que los cortometrajes quedaba a deber no porque sus historias fueran demasiado cortas, sino más bien porque la cercanía e interacción que uno como audiencia tenía con ellos creaba un vínculo cercano de amistad que hace quererlos revisitar en más ocasiones. El equipo tan compacto y que proyecto tras proyecto trabajan con Fendt —como Sean Dunn en sonido y Sage Einarsen en la cámara, quien se encarga de fotografiar todos los trabajos en 16mm— ayudan a que todas las historias sean una continuación en la vida de estos neojerseitas.

Mike Macchrone regresa para Short Stay como un trabajador en una pizzería. Sigue cargando con su singular habilidad para interactuar con las personas, excepto que ahora se le ve más incómodo. Los años han pasado y él sigue viviendo con su madre, por eso cuando su amigo Mark Simmons que vive en Filadelfia le dice, en una fiesta que organizó, que si conoce a alguien que quiera ocupar su departamento en lo que él se va a Polonia, Mike acepta. Su estadía en esta nueva ciudad dura un par de meses. Deja su trabajo en la pizzería y toma un empleo temporal como guía turístico freelance en una empresa creada por Mark donde trabaja por pequeñas propinas que los turistas dan después de los tours de cuarenta minutos. Nueva Jersey y Filadelfia toman vital importancia en las historias de Fendt. El sonido directo que graba Sean Dunn se convierte en el soundtrack de los filmes. Sin importar que dos personas estén hablando en exteriores, los carros que transcurren la ciudad ofuscan los diálogos creando una sensación realista de lo que ocurre cuando uno va por la calle y de repente el sonido cotidiano de la metrópoli tapa lo que alguien más está contando.

La propuesta de Ted Fendt se puede reducir en dos vertientes: (i) la primera es el estilo bressoniano que se deja ver a través de la puesta en escena y de las actuaciones; (ii) lo segundo es el tema económico, tanto en la producción como en la historia. Al contar con presupuestos reducidos (Fendt paga mayormente sus trabajos con ahorros de su trabajo de proyeccionista y traductor), él y Sage decidieron poner limitantes en la forma en que se grabaría el largometraje. Short Stay está filmado en escenas con un solo objetivo, el 25 mm, y con básicamente un emplazamiento de cámara por escena. Esto ayuda al naturalismo de la escena porque la carencia de cortes permiten al espectador seguir las escenas de principio a fin, no hay elipsis de por medio que puedan romper con la visión que tenemos de las escenas. Así como Mark al estar pacientemente viendo cómo se desenvuelven las conversaciones de sus amigos y conocidos en bares y fiestas, la técnica fluida del mise-en-scène convierte al espectador en otro Mark: una persona más que no habla y solo observa sin saber qué decir.

Mark Macchrone y los demás personajes siempre están en tránsito, especialmente a pie. Económicamente no necesitan mucho dinero, lo que los mantiene a flote es el trabajo en tours guiados, en una clínica de aborto o trabajando en un equipo de escena. En ellos vemos personajes de carne y hueso que todos en nuestras vidas conocemos. Son ciudadanos americanos promedio, del noreste estadounidense, que van de un lado a otro conociendo a otras personas y reencontrándoselas en nuevos lugares. Con ellos conocemos Jersey y Filadelfia, hasta los mismos Mark y Mike nos guían a través de sus lugares turísticos. El estilo antropológico de Fendt permite retratar el presente de estas ciudades que están poco a poco cambiando. La arquitectura de las décadas 50 y 60 está desapareciendo. En una escena se puede ver en el fondo como una constructora trabaja en un terreno que Fendt, en entrevista para Mubi, cree que servirá probablemente para hacer un mall en un distrito de negocios.

Fendt actualmente se encuentra trabajando en su siguiente largometraje, y aunque aún no existen públicamente datos de su historia o del cast, uno puede adivinar el camino probable que éste tomará. Su cine es arriesgado para nuestros tiempos, pero sus personajes hacen de su estilo algo accesible y fácil de digerir. Debemos estar abiertos a nuevas posibilidades, que en este caso es un estilo clásico retomado en época actual, porque este devenir de ideas hace que la rueda de lo que conocemos como cine siga creciendo al mismo tiempo que se mantiene presente el cine de generaciones anteriores.

 

*Nota: el presente texto se publicó por primera vez en Revista Levadura el 20 de enero de 2018 bajo el mismo título. Se modificaron algunas cuestiones para la presente edición.

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