¿Qué significa ser feminista en México? Desde la pasión ardiente, Priscila Palomares reflexiona sobre ello. «Ser feminista en México es reclamar lo que nos deben. Y duele en el puto ovario, pero también prende una llama.»
Ser feminista en México
A las mujeres que luchan.
Ser feminista en México es levantarte y ver la nota de un feminicido; saber que asesinan 9 mujeres al día y en lo que va del año hemos perdido a más de 672; ser feminista en México es que te duela cada una de ellas; y te enrabie la impunidad porque el Estado nos ha dejado a nuestra suerte en un país que odia a las mujeres.
Ser feminista en México es tener pesadillas porque no dejas de pensar que la desollada pudiste haber sido tú; es entender que nuestros lazos más cercanos son quienes más nos violentan; es sentir asco porque en la infancia te tocaron; porque tus amigos te violaron; y porque ellos mismos te humillaron y te aislaron para que no hablaras; y cuando alzaste la voz te dijeron que así eran las cosas; es que tu maestro te acosé; que tu exnovio te golpee; y que los nuevos no entiendan nada.
Ser feminista en México es que, aunque no te pasó a ti, sabes que le pasó a alguien más; a alguien que no conoces, pero que, como tú, vive en un sistema donde maltratar a las mujeres es normal; y entonces cargas y manifiestas en el cuerpo los moretones que nos salen cada que este sistema nos trata de tumbar; porque cuando tocan a una, nos tocan a todas.
Por eso protestamos; y somos nefastas al indiferente y una luz a las que vienen. Pero qué cansado es ser feminista en México y perder todo un día en un comunicado porque tu gobernador dijo otra pendejada; desesperarte con tus compas que no agarran el pedo; y ponerte las gafas violetas para analizar cada micromachismo que ejercen; ¿y no será eso lo que quieren? ¿Cansarnos?
Sí, ¡por supuesto que quieren cansarnos!, porque no entienden que ser feminista en México no es una moda: es una herencia de Emiline Pankshurst, Hermila Galinda, Rosa de Luxemburgo, Eva Perón, de todas las que se jugaron la vida para reconocernos dignas; y, por eso, nuestras consignas y exigencias no son nuevas sino una deuda con las que iniciaron esta revolución y las que la perpetúan porque ¡no estamos todas! ¡Claro que quieren cansarnos! No entienden que no somos como quienes nos oprimen; no somos como quienes olvidan para mantener el orden y viven sin memoria. No, nosotras recordamos, nos asumimos una con las del pasado y el futuro porque somos rebeldes y ¡somos feministas!
Ser feminista en México es reclamar lo que nos deben. Y duele en el puto ovario, pero también prende una llama. Y juntas somos el fuego donde nos abrazamos todas las que nos reconocemos hermanas; porque quienes luchamos nos encontramos. Ser feminista en México es resistencia, es valentía, y es ser así: incómoda y exigente, pero acompañada por las que vienen, las que fueron y las que están.
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