El derecho al delirio

Volumen Nueve

En medio de la epidemia del coronavirus, ¿cómo transformar un mundo en un llamado constante a no aglutinarse, y que recurrentemente incita al aislamiento, para mantener una “distancia corporal adecuada”? Sebastián Irigoyen, a partir de Galeno, propone como respuesta el derecho al delirio. El derecho al delirio emerge como un acto descolonizaste, de lucha contra el olvido, de recuperación de nuestro “espejo enterrado”, surge como la piedra angular de un pensamiento disruptivo, pero a la vez creativo

POR Sebastián Irigoyen
13 julio 2020

El derecho al delirio

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será
Sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar
El que queremos que sea.

—Eduardo Galeano

Descubrir otro mundo posible es uno de los tantos legados del escritor uruguayo, Eduardo Galeano, quien nos invita al ejercicio constante del delirio como respuesta a una aldea global que exhibe continuamente múltiples contradicciones. En medio del resquebrajamiento del neoliberalismo mundial, América Latina precisa redescubrir un nuevo sentido económico y político, pero además cultural, que conduzca hacia una nueva narrativa local, social y comunitaria como remedio a los males sistémicos que desnudó el COVID-19: la precarización sanitaria y laboral, como la supremacía del capital sobre el ser humano.

Galeano, en «Memorias del Fuego», nos detalla como la leyenda y el mito resultaron ser mecanismos de preservación y resistencia recurridos por los vencidos y oprimidos en momentos de excepción. Tal y como fue el caso del mito de Túpac Amaru, relato popular que prescribiría más tarde la más grande movilización inca en 1781.

En medio de la epidemia del coronavirus, ¿cómo transformar un mundo en un llamado constante a no aglutinarse, y que recurrentemente incita al aislamiento, para mantener una “distancia corporal adecuada”? (Zizek,2020). En pasajes precedentes de la historia latinoamericano, desde la tradición oral, el desposeído no solo logró inmortalizar en la memoria colectiva la praxis política, sino que conjuntamente permitió dibujar, cantar y relatar desde distintos imaginarios culturales otro mundo posible. La memoria fue capaz de construir la concepción de justicia en medio de las dictaduras sangrientas de Díaz Ordaz, Videla y Pinochet; fue digna de entonar la poesía de Benedetti y Roque Dalton en aquellos tiempos que era acosada la juventud con el miedo, la indiferencia y el silencio. Frente a ello al día de hoy Víctor Jara vuelve a resonar en las plazas de Chile, 46 años después del golpe de estado a Salvador Allende, él y sus ideales resurgen como canto popular “el Derecho de Vivir en Paz” y se mimetiza en las vibrantes manifestaciones, como una leyenda y símbolo quien se transfigura y se vuelve delirio, idea y acción colectiva, exigiendo justicia social en el acceso a los bienes públicos, instando una sociedad más equitativa en las plazas de Santiago de Chile en 2020.

Las metáforas colectivas son voces activas y maneras de expresión que han permitido edificar grandes cambios sociales a pesar del obligado mutismo y reclusión promovido por las coyunturas bélicas como pandémicas. Actualmente la recuperación de la memoria y el derecho al delirio, al que refiere Galeano, nos exige encontrar al sujeto en esta singular guerra contra la pandemia, el cual se asila en las contradicciones de un sistema económico y político que promueve los privilegios para unos cuantos y que niega el derecho a un sistema de salud y trabajo digno para las grandes mayorías. Frente a tal coyuntura: ¿seremos capaces de plantear nuevas rutas de desarrollo coherentes con el bienestar, la dignidad y la armonía con la naturaleza?

Lo que ha desenmascarado el COVID-19 es claro: las zonas geográficas donde resaltan altas tasas de explotación laboral, la precariedad en el trabajo, y altos índices de desigualdad, son aquellos sitios en donde el virus exterioriza mayores tasas de mortalidad. A pesar de estas evidencias hoy menos empañadas, Juan Carlos Monedero, en «El paciente cero eras tú» (2020), cuestiona si realmente la pandemia del coronavirus representa por sí mismo un golpe mortal al neoliberalismo o más bien esta vigorizará sus tendencias centrales en cuanto a la explotación, represión, desigualdad y pobreza.

En América Latina, el descontento ya moraba en las calles desde el 2019, en donde se presenciaron diversos estallidos sociales contra el retorno de mecanismos regresivos de política pública visibles en el aumento de los impuestos a las gasolinas y en las rasgaduras a los bienes públicos con la minimización del gasto social construido en la llamada “década ganada” del progresismo latinoamericano (2008-2018). La recomposición neoliberal se fundamenta en el continuo debilitamiento del Estado, acompañada por el autoritarismo expresado en la represión en manos de la fuerza militar como en la judicialización de la política o lawfare, concretizado en la actualidad en Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador. En este sentido, René Ramírez (2020) menciona que estos viejos programas de corte conservador, se legitiman artificialmente por algoritmos y noticias falsas. Dichos gobiernos operan en una limitada legitimidad evidenciada por el rechazo popular y la acción colectiva, consciente y propositiva, hoy defensora de los derechos de los indígenas, de los derechos de las mujeres, de los grupos LGTB, del medio ambiente, del derecho a la salud, del salario y trabajo digno. Aunado a ello, en Ecuador y Bolivia como dos de los países latinoamericanos representativos en donde el pobre logró salir de la pobreza y gozar de mejores condiciones de vida (2003-2017) “permitió romper las expectativas adaptativas de vivir con el mínimo indispensable de parte de los estratos bajos y medios, condición que trascendió en el comportamiento hacia la lucha por los derechos básicos ganados en los gobiernos anteriores”.

La pérdida de legitimidad del modelo neoliberal es irrebatible. Hoy los gobiernos progresistas, la universidad pública y la sociedad civil de América Latina han forjado desde el pensamiento latinoamericano (crítico) una utopía dinámica, una posibilidad de cambio por y hacia la igualdad de oportunidades. La ruta hacia nuevos imaginarios políticos, económicos y sociales propone un diseño institucional latinoamericano capaz de igualar posiciones sociales basado en una “solidaridad orgánica”, cimentada en garantizar la justicia etaria, medio ambiental, de género y social en resiliencia con nuestra memoria cultural (Dubet,2011). Desde el delirio latinoamericano al acto político concreto, la región será capaz de posicionar un nuevo relato que no permita ser tolerante con la explotación del trabajador o con aceptar la salud como una mercancía exclusiva para unos pocos. Hoy el delirio popular debe ser regional, y exigir que la gramática fiscal sea “quien más tenga, quien más pague”. A partir de la intersección de las causas singulares que han estallado se permitirá que las insurgencias del presente no se consuman en vano. Solo se podrá vencer a la pandemia de manera colectiva desde un proyecto político certero y unificado que busque resarcir las contradicciones del mundo pre pandémico.

El derecho al delirio emerge como un acto descolonizaste, de lucha contra el olvido, de recuperación de nuestro “espejo enterrado”, surge como la piedra angular de un pensamiento disruptivo, pero a la vez creativo (Ansotegui,2016). El derecho al delirio opera como la necesaria utopía de posibilidad social. En esta era pandémica el delirio es el acto reflexivo que se reencuentra con la consciencia política y la memoria del acto social. La obra de Galeano, nos invita a trascender lo estético y poner la pluma al servicio de los que no tienen voz, de los marginados, de los olvidados que el COVID-19 hoy los vuelve estadística. El derecho al delirio es un acto (cognitivo como político) que busca abrir otros caminos del pensamiento y rutas hacia la construcción de otra realidad posible para América Latina.

 

Referencias

Ansotegui, Elena. (2016). La utopía son los otros: un acercamiento descolonial a Memoria del fuego de Eduardo Galeano. 29. 10.5278/ojs.s%20&%20d.v0i29.1654 .

Dubet, Francois, (2011) “Repensar la Justicia Social” Editorial Siglo XXI

Galeano Eduardo, (1990) “Memorias del fuego” Editorial Siglo XXIMonedero, Juan Carlos (2020) “El paciente cero eras tú” Editorial AKAL

Ramíres, René, (2020) “Dictaduras democráticas, autoritarismo neoliberal y revueltas populares en tiempos de Covid-19” CELAG

Zizek, Slavoj,  (2020) PANDEMIC!: COVID-19 Shakes the World

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