Un poema de Javier Talamás.
Mamá muere lento
mamá muere lento
a un lado de mí
la escucho:
las escaleras, no las subas así
ata tus agujetas
camina derecho
yérguete
párate recto, hombre
no chille
hijo de tu madre
¿ahora qué hiciste?
pero solo son bramidos
tos ahogada
truenos flojos en su garganta
estamos en familia y mamá muere lento
los huesos se han comido de hambre a su carne
pero no son sus piernas
sino las mías
las que se doblan
ante el temor de perderla
¿a dónde se irá
esta criatura que muere lento
y que ama puro e intenso?
yo pienso: más les vale
a esos padrecitos
que sí le tengan el reino a mi madre
porque a pesar de que muere lento
mi madre solo se preocupa por mí
no me digan que esa mujer
no se merece todo lo que los evangelios prometen
porque a pesar de que es un caparazón andante la oigo
qué te pasó
qué te duele
te amo hijo adorado
eres mi vida
pero no soy su vida
su vida es eso que pasa frente a ella
y que saca con la garganta
porque el cáncer le aprieta el pescuezo
cual barro me hizo mi madre
y así quisiera igual
yo construirla de nuevo
que no le doliera vivir
cambiaría tres veces mi cuerpo
por solo un pedazo de ella
esa mujer
que me dijo por vez primera
al jugar lotería:
la Muerte no es mala
si ves, hasta nos hace ganar.
no te preocupes que viene por todos
y a todos nos junta
esa mujer que me dijo
cuando apenas yo un niño
que si la muerte por ella venía
que se vistiera sus guantes
porque solo a madrazos la llevaría
mamá muere lento
y yo todo esto lo pienso
mientras cenamos
y ella no se si piense
es mi última cena, tal vez pronto
me reúna con Él
disculpen la faches
de invocar otra vez
al dios de dioses
al verbo hecho carne
y a las mistificaciones
de Jerusalén
desde que sospeché
que a mi madre para siempre no la tendría
la fe yo perdí
¿qué dios habría creado
a semejante ser
y eterno no hacerlo?
pero escucho a mi madre decir:
mijito, dios te escucha,
dios es bueno
es el amor de mi madre
la fe en su bondad
lo que a este bote vacío
a flote mantiene
porque mi madre muere lento
desde que nací, mamá muere lento
su vida pasó para que yo sucediera
entonces no debo dudar
de la muerte
mucho menos de dios
porque mi madre no ha muerto
ahora lo veo
las madres no mueren
tan solo escapan su cuerpo
para habitar el barro que hicieron
polvo serán
mas polvo enamorado
raíces serán sus recuerdos
desde ahí crecerá de nuevo su cuerpo
sí: eso harán las raíces
servirán como dedos
entrelazados a mí
ahora que hablo de dedos
recuerdo cómo mi madre
a contar me enseñó
desde el uno al diez
y me dijo:
mijito, siempre que puedas
recuerda: más lejos que eso
jamás estaré
entonces lo hago:
uno
dos
tres
diez
con estas manos la encuentro ahora
basta mirar
y apuntalar mi corazón
sentir palpitar y decir:
mira madre, la Muerte, tienes razón, ahora nos junta
ahora me toca morir a mí lento
para que ahora sí vuelvas a gozar de la vida
aquí está: la suya, su mano, apretada en mí
y entonces doy cuenta
¿quién necesita la fe
cuando de nuevo
cual niño
a su lado camino?
sí: mamá murió lento,
mas solo de amor
si mamá muere lento
—ahora lo sé—
es porque sus hijos
viven su vida que deja
sí: en sus hijos
su vida se queda
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