El rol de las mujeres en el cine

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En este espacio, Majo comparte reflexiones, visiones y sentires sobre el cine; en esta entrada, pone en perspectiva el rol de la mujer en la industria cinematográfica.

POR Majo Goba
21 abril 2020

El rol de las mujeres en el cine

Contexto histórico

Para comenzar, quisiera hablar de algunas mujeres que han dejado huella en la industria del séptimo arte y sería una infamia dejar de lado a Alice Guy, quien fue pionera de la realización cinematográfica. Según la exposición “Gaumont, desde que el cine existe”, de la Cineteca Nacional, fue Guy quien, tras la presentación del cinematógrafo —el gran invento de los hermanos Lumiére—, le propuso a León Gaumont (su entonces jefe) realizar diversas tomas y unirlas para la creación y proyección de historias. A pesar de que a él le pareció una idea poco prometedora, nada detuvo a Alice, y, en 1896, debutó con la película La Fée aux choux (El hada de los repollos). Se convirtió así  en la primera directora de cine.

A principios del siglo XX, las mujeres ya tenían una presencia importante en la industria: Lois Weber fue la primera realizadora de un largometraje –El mercader de Venecia (1914)– y en 1916, ya era la directora mejor pagada de Universal Studios. Un año más tarde, fundó su productora; Lois Weber Productions, para la cual trabajó, Frances Marion, escritora y periodista.

Marion creó y adaptó alrededor de trescientos libretos y en 1930 fue reconocida como la primera mujer en ganar un Oscar al mejor guion adaptado, y en 1932, recibió la estatuilla al mejor argumento por los filmes The Big House y The Champ, respectivamente.

En la misma década, Dorothy Arzner, mujer lesbiana que se abría paso en la meca del cine californiana, en medio de un ambiente dominado (también) por hombres, trabajó como editora de diversos filmes, como Blood and sand (1922) y en 1927 dirigió Fashion for women. Así, tuvo a su cargo la realización de múltiples películas en Paramount Pictures, para después trabajar de manera independiente; dirigió a grandes estrellas de Hollywood como Katherine Hepburn y Lucille Ball. En sus filmes mostraba –y defendía– públicamente el lesbianismo y, sin autonombrarse feminista, retrataba y criticaba el papel de la mujer en la sociedad. Como ellas, un gran número de mujeres fueron pioneras desempeñando diversos roles dentro del espacio fílmico.

Estereotipos de las mujeres en el cine mexicano

Pese a la mayor participación de las mujeres durante el siglo XX, el nicho cinematográfico gusta de vendernos historias que ondean con una bandera feminista, o como si estuvieran hechas desde una perspectiva de género y en las cuales, a título personal, caigo. Soy culpable de pensar que al fin vamos a tener la representación cinematográfica que esperamos, queremos y merecemos. Al ver la oferta que nos ofrecen, resulta decepcionante que las películas sigan girando en torno a los hombres y continúen reforzando los estereotipos y estándares de estética inalcanzables. Me explico.

La cosificación sexual de las mujeres en los filmes está normalizada, así como la presencia de chistes con tintes machistas y misóginos en torno a la sexualización de la mujer. ¿Cuál es el objetivo de las tomas –innecesarias– cenitales a las tetas de las actrices?, ¿cuál es el porqué de los cuadros en pantalla que muestran el trasero de las mujeres?, ¿qué necesidad de esos paneos de pies a cabeza para mostrar la vestimenta salida del imaginario de los caballeros? La respuesta es simple: la sociedad aún percibe el cuerpo de las mujeres como si fuese de carácter público y para el deleite masculino.

La hipersexualidad en nuestra sociedad se presenta en el cine,  en la pornografía, en la publicidad, en videos musicales, redes sociales, e incluso, en el intercambio de fotografías (sin el consentimiento de la otra persona) y exhibiendo el cuerpo de las mujeres, siempre de maneras sugerentes.

Al mostrar el cuerpo de las mujeres –y niñas– como mera mercancía para el gusto y consumo de los hombres, se crea una fantasía equivocada del placer femenino y se refuerza el uso de la violencia para la satisfacción a raíz de la normalización del soft porn, la cosificación, entre otros estereotipos depositados únicamente en la mujer y que vemos de manera cotidiana en el cine.

Según, Julia Elena Melche, durante los primeros cien años del cine mexicano, tan solo alrededor de cuarenta películas fueron dirigidas por mujeres, ya que ha sido mayoritariamente viril, no sólo en su realización, sino en el manejo del rol femenino (…)” . Melchem refiere que en los filmes existen estereotipos que se reflejan en los personajes protagonizados por mujeres; por ejemplo en el Cine de oro encontramos el papel de la mujer sumisa ante el padre, el patrón o el marido, como en Flor Silvestre (Fernández, 1943); la madre sufrida y abnegada, papel para el cual, Sara García se pintaba sola, tal como en Mi madrecita (Elías, 1940); “La mujer que siempre está a la sombra del hombre, regularmente muy simpático, mujeriego, bebedor y jugador tipo Jorge Negrete, Pedro Infante y Luis Aguilar, en películas como Los Tres García (Rodríguez, 1946)”,  o “mujeres cuya única aspiración era casarse con el galán del pueblo, y por supuesto el más rico, han sido las protagonistas de Cuando quiere un mexicano (Bustillo Oro, 1944)”; por mencionar algunos.

En el cine, cuando una mujer es jefa, automáticamente se convierte en una bossy bitch y a la cual, físicamente, le atribuyen características masculinas; es juzgada por no quedarse en casa a cuidar a sus hijxs y resulta culpable de que su matrimonio se desmorone, por dedicarse a su carrera, como Miranda Priestly en El diablo viste a la moda (David Frankel, 2016); cuando una mujer es joven y está soltera, significa que está desesperada por conocer a un hombre que la salve de su miseria y soledad, tal cual lo hace Connie, en La sonrisa de la Mona Lilsa (Mike Newell, 2003); si la historia gira en torno a un hombre al que no le corresponden, la coprotagonista se convierte de manera automática en antagonista; la peor de las villanas por hacer sufrir al hombre ideal, el mejor ejemplo 500 días con ella (Marc Webb,2009);  por mencionar algunos.

Actualmente, en la escena fílmica han emergido directoras y guionistas muy talentosas, que poco a poco se van abriendo paso para colocarse con propuestas frescas que nos van como anillo al dedo, ya que muestran cuerpos reales y no inalcanzables físicos; problemáticas por las que pasamos cotidianamente y que abordan temas de sexualidad, menstruación, dildos, aborto, homosexualidad, feminismo, transexualidad, autonomía, así como el empoderamiento intrínseco de la mujer y la liberación del cuerpo, sin estar al servicio de los hombres. Mucha sororidad y hermandad.

Algunas recomendaciones de películas dirigidas por mujeres, que merecen la pena:

  • Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019)
  • The Farewell (Lulu Wang, 2019)
  • Marcela y Elisa (Isabel Coixet, 2019)

“Esto es todo lo que necesitas en la vida: una computadora, una cámara y un gato” (o el animal de tu preferencia). Agnès Varda. Somos libres. Hasta la próxima.

***

Referencias

Melche, J.E. (Junio,19977. La mujer en el cine mexicano como figura fílmica y realizadora. Revista de la Universidad de México. No.557. pp 24-27.

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