En esta tercera entrega de La clásica, la fresca y la rara, Alejandro Basave nos comparte una serie de recomendaciones a propósito de la trivialidad de de la remembranza, y el extraño -pero curiosamente exitoso- método Ohashi para leer, no letras, sino cuerpos.
La clásica, la fresca y la rara: entre Wataru Ohashi y Stephen Frears
I. La clásica
Película: Hight Fidelity (Stephen Frears, 2000)
Vi esta película (Director Stephen Frears, 2000) hace muchos años y, la verdad, pasó desapercibida. Recuerdo, desde luego, que me sentí identificado con algunos de los gustos musicales del personaje principal interpretado por John Cusack, pero hasta ahí. Aclarado eso, hace poco la volví a ver y me deslumbró. Creo que hay algunas obras que debemos revisitar en diferentes puntos de nuestra vida con el propósito de contemplar las nuevas emociones que provocan en nosotros. Y High Fidelity sin duda es una de ellas. Me supo a tiempos más simples, y hasta sus imperfecciones le dieron un sabor especial que terminó deleitándome. Una buena rom-com que me alegra mucho haber revisitado.
Consejo: La encuentras en Netflix. Buena opción para la función del fin semana.
II. La fresca
Libro: Calypso (David Sedaris, 2018)
Compré este libro después de escuchar el episodio del podcast WTF de Mark Maron en el que tuvo como invitado a David Sedaris. Al tener esa plática como única referencia del autor, francamente no esperaba mucho de esta compilación de ensayos cortos del también columnista del New Yorker. Sin embargo, me bastaron dos o tres páginas para darme cuenta del excepcional talento de Sedaris para envolver a su público con anécdotas personales de cotidianeidad. Navegué el libro de principio a fin en un par de días (y eso siempre es buena seña). Su humor y prosa me recordaron a uno de mis humoristas predilectos; el gran Germán Dehesa. Además, no todo son trivialidades envueltas de humor. En Calypso, Sedaris no teme tocar temas sombríos y difíciles como el suicidio de su hermana o la complicada relación con su padre (un conservador Pro-Trump que no termina de asimilar la homosexualidad de su hijo).
Consejo: Sin ánimos de pecar de esnob, sugiero se lea en su lengua de origen; el inglés. Calypso es un excelente ejemplo de cómo aquellos libros clasificados como light reading no están siempre peleados con la exquisitez.
III. La rara
Libro: Reading the Body: Ohashi’s Book of Oriental Diagnosis (Wataru Ohashi, 1991)
Otro libro más. Este sin duda está en mi top 10 de los libros más raros que he leído. Reading the Body es una guía basada en el shiatsu (compendio de medicina oriental) que promete enseñarle a su lector a leer su cuerpo. A través de diagramas, dibujos y explicaciones breves, el autor asegura a sus lectores que la forma de sus ojos, sus posturas, el grosor de su nariz, entre otras cosas, son claros indicadores de sus fortalezas y debilidades. La lectura de esta rara joya provocó en mi interior una batalla entre mi yo escéptico y mi yo ingenuo. Leerlo me dejó más dudas de las que tenía al empezarlo, y eso siempre es bueno.
Consejo: No es un libro fácil de encontrar pero vale la pena buscarlo en línea (yo compré el mío en Amazon). No creo que este libro sea un buen compañero de viaje. Creo que lo puedes disfrutar más leyéndolo a ratos intercalándolo con otro.
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