El hombre no es el enemigo

Volumen Once

Para el feminismo, el enemigo no es el hombre. Es el patriarcado que los ha criado para no llorar; para ser menos niñas (lo que sea que signifique eso), para no tener responsabilidad afectiva. El feminismo busca igualdad para las mujeres en un mundo construido por y para hombres. Dina Tunesi reflexiona en torno a esto, a partir de las críticas en redes sociales que buscan desacreditar al feminismo.

POR Dina B. Tunesi
2 noviembre 2020

El hombre no es el enemigo

Twitter: tierra de nadie, plataforma que usamos para enunciar aquello que nos parece injusto; espacio que reclamamos como nuestro y no pertenece a nadie. La furia y la impotencia recorren mis dedos cuando comienzo a escribir un tweet sobre los diez feminicidios diarios que ocurren en México. La red social que produce más contenido se ha convertido en un micrófono abierto que resuena al mismo tiempo que otros millones. El ruido y los gritos se convierten en un parche que arma un collage de todo aquello que no es precisamente el feminismo: un movimiento ideológico y, sobre todo, teórico, que se ha convertido en un panfleto que monopoliza los tweets que se envían por día.

No es mi intención señalar todo aquello que está mal de los tweets, sino más bien evidenciar un problema que se ha gestado en la última década en la que el movimiento feminista ha cobrado fuerza: el hombre no es el enemigo.

Y para ahorrar explicaciones de mi parte, que probablemente se alargarían muchísimo, propongo este tuit de @KevinAscencion, quien nos comparte su teoría feminista: «Existe la división de las que quieren abortar y matar a los hombres y existen las que quieren matar a los hombres pero tener hijos deformes…xD el feminismo está más ramificado que las ciencias».

Algo hay de cierto en esto: el feminismo tiene muchas corrientes. La que me interesa evidenciar es el feminismo radical, iniciado entre 1960 y 1975.

Esta corriente ha ganado mucha atención en los últimos años, pero para las personas que no están familiarizadas con el movimiento, el término «radical» denota algo negativo. El mensaje principal de esta corriente es que el sistema está en crisis porque vivimos en una sociedad en la cual todos los puestos de poder están en manos de hombres: vivimos en un mundo construido por hombres, para hombres. Susana Gamba, presidenta de la Fundación Agenda de las Mujeres, sintetiza el feminismo radical en la siguiente oración: «Las mujeres estarían oprimidas por las instituciones patriarcales que tienen el control sobre ellas y, fundamentalmente, sobre su reproducción».

Como @KevinAscencion, he tenido la ¿dicha? de leer muchos comentarios, incluso fuera de Twitter, que defienden a los hombres: «no generalices, no todos los hombres son así», «soy mujer y amo a mi esposo y mi papá». Esto me llama poderosamente la atención: ¿en qué momento el hombre se ha convertido en el enemigo?

Es verdad que muchas feministas radicales se ven inclinadas a cancelar su heterosexualidad o bisexualidad para estar únicamente con mujeres, pero la idea central de la corriente no es «matar a los hombres». El objetivo es derrocar un sistema que se construye día a día.

Ofrezco un ejemplo concreto del patriarcado que no involucra a los hombres, para así, lograr entender que es un problema general: ante una relación de dos mujeres siempre surge la cuestión «¿Y quién es el hombre?» O bien, «¿Quién es la activa?». Entender las relaciones homosexuales desde una óptica heteronormada es un problema patriarcal. La necesidad de otorgar un rol “activo”, de poder, fuerza, control, en fin, de hombre, es un problema patriarcal.

Las feministas no pretendemos matar hombres porque el enemigo no es el hombre. Es el patriarcado que los ha criado para no llorar, ser menos niñas (lo que sea que signifique eso), para no tener responsabilidad afectiva. El feminismo busca igualdad para las mujeres en un mundo construido por y para hombres.

Si la universidad me ha enseñado algo es a ofrecer soluciones a la problemática al cierre de cada documento académico; este texto no pretende teorizar ni mucho menos. Por lo tanto, me limito a hacer una invitación: cuestionemos nuestras acciones diarias. ¿Por qué decir “chingatumadre” o “hijo de puta”? No solo ofende a las mujeres sino a la madre directamente. ¿Por qué asumir que al hombre le corresponden ciertas cosas de hombres cuando las mujeres también lo pueden hacer? El mundo no es binario, es una gama de matices que no se limita a ser hombre o mujer. ¡Vivimos en el siglo XXI, qué vintage pensar que las mujeres queremos matarlos!

***

Referencias:

Ascencion Hernández, Kevin (@KevinAscencion). (24, jul, 2020). Existe la división de las que quieren abortar y matar a los hombres y existen las que quieren matar a los hombres pero tener hijos deformes…xD el feminismo está más ramificado que las ciencias. Tweet. Recuperado de: https://twitter.com/KevinAscension/status/1286888638853324800

Gamba, Susana. “Feminismo: historia y corrientes”. Mujeres en Red. El periódico feminista. Web. 29 sep. 2020. <https://www.te.gob.mx/genero/media/pdf/de3d6e5ea68e124.pdf>

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